Horacio Valenzuela parecía ser un hombre nuevo desde que le propuso a Adelaida Gómez que fuera su esposa. El arquitecto pensó en lo feliz que sería al lado de la mujer que ama y renunciando a muchas de las situaciones que le han gustado o ha rechazado a lo largo de su vida. Aspectos que son importantes para su prometida.
Horacio le aclara a Adelaida que siempre ha buscado cuidar el patrimonio de sus hijos
La decisión más trascendental que Horacio (Jorge Enrique Abello) debió aceptar para que Adelaida dijera que sí frente a su propuesta de matrimonio, es la de tener hijos, pues él cree que ya no está para formar a una criatura a estas alturas de su vida, cuando ya está por encima de los 50 años.
Sin embargo, según le ha dicho a su hija Emma (Rami Herrera), no parece estar tan convencido de querer cumplir con esa promesa que le hizo a su nueva esposa.
Lo cierto es que, el arquitecto últimamente no se ha portado bien con Adelaida, pues ha caído reiterativamente en el error de volver a mirar el retrovisor y caer una y otra en la vida de Ana Ocampo en lugar de continuar con la suya y con la de Adelaida.
Así se lo hizo saber Adelaida Gómez (Laura Archbold) en una conversación que la pareja sostuvo acerca de los problemas que estaban afrontando y que ella estaba notando constantemente.
Adelaida se sorprendió al ver que Horacio no creía que su amor sería para toda la vida
Pero, lo que verdaderamente tiene muy decepcionada a la abogada tiene que ver con un asunto complicado en las relaciones sentimentales: el dinero.
Adelaida le expresa a su pareja que nunca pensó enterarse por otra persona de los trámites que él adelantaba para firmar el documento de las capitulaciones. Según la joven, no se trata del dinero ni de estar detrás de un patrimonio, lo que a ella le dolió es la manera en la que enteró: a través de Carla, la secretaria que les hace la vida imposible en la empresa.
Adelaida no puede creer que Horacio esté pensando que su matrimonio no será para siempre, que no tenga confianza ni en ella ni en el sentimiento profundo que tiene por él. Pero, el arquitecto le dice que el patrimonio no le corresponde a él, les corresponde a sus hijos. En todo caso, le pide perdón por lo que sucedió y le reconforta pensar que se van a casar y van a ser felices.
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